GRANDES MITOS Y MAESTROS

JOAQUÍN RODRÍGUEZ 'COSTILLARES' (Sevilla, 1729- Madrid, c.1800)

JOAQUÍN RODRÍGUEZ ‘COSTILLARES’

Nació en el popular barrio de San Bernardo, cuna de numerosos toreros. Sus padres estaban empleados en el Matadero, uno de los orígenes del toreo a pie, y allí fue donde adquiriría experiencia con el ganado. Según ciertos testimonios, era de alta estatura, bien formado, de color moreno, genio vivo, violento e irascible. A los veinte años toma la alternativa.

En 1775 comienza su rivalidad con Pedro Romero, el gran torero de Ronda. Costillares era el preferido de las clases altas, y Romero de las gentes del pueblo. En la década del 80 al 90 se consolida su figura.

La importancia de Costillares en la historia de la Tauromaquia es muy grande. No se limitó a las suertes propias del matador, y se aplicó a perfeccionar la suerte de banderillas o a mejorar la de varas para mejor defensa de los caballos. Amplió el juego con el capote, de una manera cuya influencia ha llegado a nuestros días, y con la muleta desplegó una calidad que ensombreció a los anteriores diestros. Sus cualidades comenzaron a abrir una brecha entre lo que podía ser una fiesta bárbara para acercarla a la condición de arte. Su rivalidad con Pedro Romero inauguró la competencia entre las dos escuelas más antiguas del toreo, la de Sevilla y la de Ronda.

JOSÉ DELGADO 'PEPE HILLO' (Sevilla, c.1754- Madrid, 1801)

JOSÉ DELGADO ‘PEPE HILLO’

Parece probado que nació en 1754 en el sevillano barrio del Baratillo, próximo a la Plaza de Toros. Destinado a ser zapatero, pronto lo abandonó para ser torero. Aprendió en la mejor escuela posible, las corralejas de las jaulas del Matadero. Allí lo conoció su maestro, Costillares, que se fijó en él por su valor y se convirtió en su protector.

Junto a la cuadrilla de su maestro, se presentó de forma oficial en las corridas de Córdoba de 1770. Su primer encuentro con Pedro Romero, su gran rival, ocurre en Cádiz, prólogo de una competencia que se convertiría en una de las más célebres de la historia de la Tauromaquia, continuando la que habían sostenido el mismo Romero con su maestro Costillares.

Agilidad, valor y gracia fueron sus virtudes. Era altanero y jactancioso, valiente en grado sumo, y fue muy castigado por los toros, recibiendo duras cornadas. Se convirtió en un ídolo de todas las clases. Todos buscaban su compañía. En 1796, ayudado por su amigo José de la Tixera, publica La Tauromaquia o Arte de Torear. En 1799, Pedro Romero se retira de los ruedos y se queda solo en la cima de la popularidad. El 11 de mayo de 1801 un toro, de nombre Barbudo, de la ganadería de Peñaranda de Bracamonte, acaba con su vida en Madrid. El hecho causó una gran consternación en toda España y provocó una oleada de opiniones en contra de las corridas de toros. El mismo Francisco de Goya recogió la desgracia en uno de los grabados de su Tauromaquia.

FRANCISCO ARJONA HERRERA, 'CÚCHARES' (Madrid, 1818- La Habana, 1868)

FRANCISCO ARJONA HERRERA, ‘CÚCHARES’

Aún se sigue llamando al toreo el Arte de Cúchares. Este torero nació en Madrid, de familia sevillana, y nada más nacer fue llevado a Sevilla donde su padre tenía un cargo en el Matadero. En aquel ambiente se desarrolló su afición. En 1831 por mediación de su madre, obtuvo plaza en la recién creada Escuela de Tauromaquia de Sevilla, dirigida por Pedro Romero. Posteriormente el torero Juan León se fija en él y lo pone a su cargo, convirtiéndose en el niño mimado de su cuadrilla. En 1837 se presenta en Madrid y en 1841 ya cobra lo mismo que Montes, la figura de la época. Es el año de su consagración. En 1845 comienza otra de las rivalidades históricas que han alimentado la fiesta de los toros, entre Cúchares y El Chiclanero.

En 1868 decide viajar a Cuba al recibir una suculenta oferta para torear allí. Es en el Caribe donde le ataca una enfermedad local que le provoca la muerte. Sus restos, enterrados en La Habana, fueron trasladados posteriormente a Sevilla, reposando desde entonces en un nicho de la parroquia de su barrio, San Bernardo.

JOSÉ GÓMEZ ORTEGA, 'JOSELITO' O 'GALLITO' (Gelves, Sevilla, 1895- Talavera de la Reina, 1920)

JOSÉ GÓMEZ ORTEGA, ‘JOSELITO’ O ‘GALLITO’

Torero tocado por la gracia, figura cumbre de la Tauromaquia, pilar de la llamada Edad de Oro del toreo junto a Juan Belmonte. Nació en el seno de una familia de toreros, los Gallo. Viste el traje de luces por primera vez sin haber cumplido los trece años, en una becerrada en Jerez de la Frontera. Tomó la alternativa en Sevilla en 1912, de manos de su hermano mayor, Rafael el Gallo. Su primer rival taurino fue Ricardo Torres Bombita. A la retirada de éste, surge la figura de Juan Belmonte, con el que mantendría una amistosa e intensa rivalidad que revolucionaría el mundo del toreo y que acabó de forma repentina cuando el 16 de mayo de 1920, un toro de nombre Bailador lo mató en la plaza de Talavera de la Reina. Su muerte conmocionó a todo el país. Sus restos reposan en el cementerio de Sevilla, junto al impresionante monumento funerario que esculpiera Mariano Benlliure.

JUAN BELMONTE (Sevilla, 1892- Utrera, 1962)

JUAN BELMONTE

Se ha dicho que con él hay un antes y un después en el arte de la Tauromaquia. Su lema de «parar, templar y mandar» es en la actualidad el canon artístico que rige las faenas taurinas en una plaza. Legendaria es la escena que se recoge de su biografía, cuando de pequeño cruzaba el río para torear al otro lado, a la luz de la luna. Se presentó en Sevilla en una corrida del verano de 1910. Tomó la alternativa en Madrid el 16 de octubre de 1913. En 1915 comienza de verdad su competencia con Joselito, unidos por una mutua admiración. La temprana muerte de su rival le afectó mucho. Fue Belmonte hombre de inquietudes, viajaba con una maleta llena de libros y buscaba la compañía de artistas e intelectuales. Su magisterio fue indiscutible. En 1925, la revista Time le dedicó su portada del 5 de enero. El periodista Chaves Nogales escribió su biografía, considerada una de las mejores obras literarias sobre tauromaquia. Se cortó la coleta y reapareció tres veces, hasta su retirada definitiva, dedicado a la ganadería y las faenas en el campo. En su cortijo de Gómez Cardeñas puso fin a su vida, a punto de cumplir los setenta años. Sus restos reposan muy cerca de la tumba de su gran amigo y rival, Joselito.

MANUEL JIMÉNEZ MORENO 'CHICUELO' (Sevilla, 1902-1987)

MANUEL JIMÉNEZ MORENO ‘CHICUELO’

Hijo de torero, nació en Triana y quedó huérfano a los cinco años. Pasó a vivir con una tía suya casada con Eduardo Borrego Zocato, un banderillero que le inició en el arte taurino. A los diez años se apunta en la Escuela Taurina de Sevilla. Debutó como novillero a los diecisiete años en Salamanca y tomó la alternativa en Sevilla, en 1919, siendo su padrino Juan Belmonte.

Es un claro ejemplo de la escuela sevillana, una forma de torear llena de gracia y pureza. Con los pies juntos, era capaz de ligar varios naturales, algo que no era muy corriente en la época. Con el capote alcanzó cotas geniales. Popularizó la llamada chicuelina, un vistoso lance en el que el cuerpo se envuelve en el capote, y que en la actualidad es uno de los más ejecutados junto a la verónica. Fue el primer diestro del escalafón en los años veinte, muy popular en México. Casado con la bailarina Dora la Cordobesita, retratada por Romero de Torres, se retiró en 1951.

JOSÉ LUIS VÁZQUEZ GARCÉS (Sevilla, 1921-2013)

JOSÉ LUIS VÁZQUEZ GARCÉS

Conocido por Pepe Luis Vázquez, hombre discreto, torero refinado por su pureza y clasicismo, torero de toreros. Nacido en el barrio de San Bernardo, como tantos otros se escapaba al Matadero siendo adolescente para lancear a los toros que iban a ser sacrificados. «Era como una escuela taurina, pero no autorizada», dijo una vez. Tomó al alternativa en la Maestranza en 1940. En los dos años siguientes se sitúa en la cima del escalafón, pero en 1943 sufre una cornada en la cara, actuando en Santander. Compartió cartel con Manolete en más de un centenar de corridas. Se retiró en 1953, y reapareció fugazmente en 1959. Hermano y padre de toreros, se hizo célebre por su forma de citar a los toros, con la muleta plegada, en lo que se dio en llamar el «cartucho de pescado». En 1988 se le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Está considerado uno de los diez toreros más grandes del siglo XX.