PREÁMBULO
«Nobleza obliga y obliga precisamente a ser generoso con quien más lo necesita, a volcarse con los demás, a mostrar una vocación de servicio y una lealtad sin límites ni reparos. Una nobleza que, en nuestros días, está apartada de sus privilegios de antaño y que no busca más reconocimientos que los que les proporcionan su dedicación altruista y su firme interés en servir a la Corona y a la Patria».
Fragmento del discurso pronunciado por S.M. el Rey Don Juan Carlos I con ocasión de la Junta de las Reales Maestranzas celebrada en Sevilla el día 25 de marzo de 2010.
La Nobleza es un estamento social al que se llega tanto por designación real como por herencia y que en España tuvo su origen en la Reconquista, periodo histórico que se inicia a principios del siglo VIII. Los Reyes se apoyaban en sus vasallos para combatir y defender sus territorios, y a cambio les concedían privilegios y prerrogativas, es decir, los ennoblecían.
En la ciudad de Sevilla, los descendientes de los nobles que acompañaron al rey San Fernando se constituyen como cuerpo nobiliario bajo la advocación de San Hermenegildo. Tras una decadencia en sus actividades y por iniciativa real, surge la Real Maestranza en un momento en que se volvía a necesitar del concurso de la nobleza para participar activamente en la defensa de la Patria, aportando personas y equipos, preparando a los jóvenes en el arte de la equitación y de la guerra o criando buenos caballos, que fueran útiles, como diría el propio rey Felipe II: «en la guarda y defensa del Reyno».
A lo largo de su historia la Real Maestranza ha armonizado la modernidad con la tradición, ha llevado a cabo proyectos materiales de importancia como la reestructuración y adaptación de la Plaza de Toros, inmueble de su propiedad; ha reconocido el mérito y la excelencia en el estudio, la investigación o el arte taurino a través de los Premios Universitarios a los mejores expedientes académicos y los Trofeos Taurinos entregados cada año a los triunfadores de la temporada.
La labor editorial, el apoyo a la fiesta de los toros, al deporte hípico y la ayuda a los más necesitados, han hecho que sea una de las instituciones nobiliarias más valoradas.
Retrato de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I.
Antonio Agudo, 1993. Colección RMCS.
Manuscritos
Libro de la Ilma. Hermandad de la Maestranza. Archivo RMCS.
Armas y blasón
TÍTULO CUARTO
ARTÍCULO 9
La empresa o blasón que ha de usar la Real Maestranza de Caballería de Sevilla será un joven corriendo a caballo con guirnalda de laurel en la cabeza y dardo en la mano, dentro del escudo de campo de plata con corona Real, en el que colocado sobre un ara estará sosteniendo por un lado la Diosa de la Paz y por otro la de la Guerra. Éstas irán caracterizadas con los atributos acostumbrados: Palas con la lanza y escudo, grabada en él la cabeza de Medusa; y la Paz con cornucopia, caduceo y oliva. A los pies irán repartidos trofeos de Maestranza relativos a cada una, como son: al lado de la Paz alcancías, cabezas, etc; al lado de la Guerra timbales, clarines, lanzas, dardos, etc. y en medio del ara este mote: UTRIUSQUE INTEREST. El ramo de oliva de la Paz se dispondrá de modo que, contrapuesto con una palma adorne el escudo, que descansará sobre un plinto con esta inscripción: SOCIETAS EQUESTRIS HISPALENSIS (que podrá sustituirse por la forma abreviada SOCIET. EQUES. HISPAL.) El pensamiento descubre el espíritu y fines de estas Asociaciones o Cuerpos. Las alusiones son bien claras. El joven a caballo representa el genio de la Maestranza, y en él se simbolizan las funciones propias del Instituto, aludiendo igualmente al origen de estos juegos o ejercicios.
Alegoría de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Luis Paret, dib., Moreno Texada grab., 1794.