HORARIOS

De lunes a domingo

09:30 h. - 19:30 h.

Cierre de taquilla 30 minutos antes.

 

 

TARIFAS

General

10€

Mayores de 65 años y pensionistas

6€

Estudiantes (17-25 años con carnet de estudiante)

6€

Joven (12-16 años)

6€

Niños de 7 a 11 años

3,5€

Niños de 0 a 6 años (acompañados)

gratis

Entrada familiar: Dos adultos y dos niños (menores 16 años)

25€

Entrada familiar: Dos adultos y tres niños (menores 16 años)

30€

Tarifas de grupo a consultar.

Estas tarifas no son aplicables los miércoles de 15:30 h. a 19:30 h.

HORARIOS

De lunes a domingo 09:30 h. - 19:30 h.

Cierre de taquilla 30 minutos antes.

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General

10€

Mayores de 65 años y pensionistas

6€

Estudiantes (17-25 años

con carnet de estudiante)

6€

Joven (12-16 años)

6€

Niños de 7 a 11 años

3,5€

Niños de 0 a 6 años (acompañados)

gratis

Entrada familiar: Dos adultos

dos niños (menores 16 años)

25€

Entrada familiar: Dos adultos

y tres niños (menores 16 años)

30€

Tarifas de grupo a consultar.

Estas tarifas no son aplicables los miércoles

de 15:30 h. a 19:30 h.

VISITA A LA PLAZA DE TOROS

Sala de Pintura

En 2008, SS.AA.RR los Príncipes de Asturias, inauguraron las nuevas Salas de Pinturas y Estampas de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

Para ilustrar lo que significa una visita a la Real Plaza de Toros de la Maestranza, pocos testimonios más elocuentes que las palabras del arquitecto Rafael Moneo, entresacadas del XXIX Pregón Taurino del que es autor, invitado por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

«La Maestranza es, sin duda, uno de los monumentos más bellos de la ciudad (…) uno de esos edificios exentos, capaces de encarar solos el paso del tiempo y que hacen que Sevilla sea lo que es. ¿Hay acaso solar más hermoso que el de la Maestranza?.

Vacada del Duque de Veragua. Ruiz de Valdivia, 1863. Sala de Pinturas.

Asomándose al río, la Maestranza ha visto correr las aguas del Guadalquivir sin sentir el paso del tiempo. Y si la Giralda hermana culturas, la Maestranza nos recuerda que siempre hay lugar para valientes, que no está escrito nuestro destino.

Que la Maestranza es y ha sido la plaza de toros por antonomasia, aquella que mejor representa lo que la Fiesta es capaz de dar, es algo que nadie pone en duda (…) siempre fue una obra de arquitectura con vida propia.

Sala de Estampas.

Hablar de la arquitectura de la Maestranza implica hablar de sus proporciones, de la relación que establecen con el ruedo el graderío y la arquería. Al entrar en el recinto de la Maestranza uno siempre queda sorprendido por la amplitud de su generoso ruedo, que es, con seguridad, el responsable de que nos sintamos inmediatamente transportados al campo abierto, si bien conscientes de estar en el corazón de una metrópoli como Sevilla (…) la Puerta del Príncipe es el inesperado paréntesis en la ciudad que, como decía, nos hace sentir de nuevo el aire de las dehesas donde se crían los toros, el campo abierto. ¿En cuántas otras plazas de toros ocurre esto? Me atrevería decir que en ninguna.

El diestrísimo estudiante de Falces,
embozado burla al toro con sus quiebros. Francisco de Goya, 1815. Archivo RMCS.

El ruedo se extiende en los tendidos haciendo que las bien pintadas tablas de la barrera que dan origen al callejón, den a ésta el aspecto de una cinta airosa. Cinta que limita el albero, estableciendo una nota de color muy difícil de encontrar en se a cualquier otra plaza. Albero de la Maestranza. No es poca cosa. Es el universo del torero, que como tal lo siente al ver que su condición convexa hace que en él se le haga presente aquello que el poeta llamó «la integridad del planeta» (…) El torero siente la redondez de la Tierra (…) Albero de la Maestranza que pisaron todos aquellos que quisieron ser toreros. Pepe Hillo y Pedro Romero, Paquiro y Cúchares, Frascuelo y Lagartijo, Joselito y Belmonte…»

El recorrido por los tendidos de la plaza se complementa con la visita a la Sala de Exposiciones, que se compone de dos sectores claramente diferenciados. El primer sector que se visita contiene una muestra de pinturas y una selección de los fondos de estampas taurinas que pertenecen a la colección de la Real Maestranza, una de las más importantes del mundo. Estas salas fueron inauguradas por SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias el 21 de Noviembre de 2008.

Sala de Exposiciones

La Sala de Pinturas reúne una colección de óleos de los siglos XVIII, XIX y XX que conforman una pinacoteca de tema taurino de gran relieve, principalmente del período romántico. Escenas en el campo y en la plaza, toreros y personajes relacionados con el

universo de los toros están plasmados en obras de Gutiérrez de la Vega, Eugenio Lucas, José Elbo, Joaquín y Valeriano Domínguez Bécquer, José Jiménez Aranda, Horace Vernet, John Philip o Nicolás Ruiz de Valdivia entre otros.

Los duques de Montpensier presidiendo una corrida en la plaza de Sevilla. E. Ginain, 1852. Archivo RMCS.

En la antesala se reúnen libros y objetos, apuntes de Mariano Benlliure, óleos de pintores como Roberto Domingo, Mariano Fortuny y Carmen Laffón. En la pared opuesta se dispone una vitrina con las estampas de la famosa serie “Arte de torear de Pepe Hillo” (1804). Encima, un retrato anónimo del siglo XVIII del legendario torero Joaquín Rodríguez “Costillares”.

La Sala de Estampas alberga un selecto repertorio de estampas, litografías y grabados. Prácticamente están representadas todas las series taurinas históricas de los siglos XVIII y XIX, incluyendo una de las primeras imágenes de una función de toros de la que se tiene noticia, “Corrida caballeresca”, de J. Stradan (1578). La muestra se abre con una serie completa, de Luis Fernández Noseret (c.1790) y continúa con muestras de la del pintor real Antonio Carnicero (1790), cuya influencia posterior alcanza hasta Goya. Se suceden a continuación estampas pertenecientes a series románticas firmadas por autores europeos como John H. Clark (1813), Victor Adam (c. 1834), Wilhem Gaïl (c. 1835), W. Lake Price (1852), Gustavo Doré (c. 1863) o de Pharamond Blanchard (1835)

En la sala contigua se exponen doce estampas de la “Tauromaquia” de Francisco de Goya, pertenecientes a la tercera edición de esta legendaria serie de aguafuertes, realizada en París en 1876.

El recorrido de la visita lleva al segundo sector, el más antiguo. Fue inaugurado el 5 de abril de 1989 por S.A.R. la Condesa de Barcelona. En él se establece una secuencia que arranca en los orígenes de la Real Maestranza, con un espacio dedicado a los juegos practicados por la nobleza en los siglos XVII y XVIII, y una amplia vitrina con una variada representación de servidores de la plaza en el siglo XVIII: timbaleros, desjarretadores y lanceros. Destaca un cartel en seda de 1740 y un uniforme de maestrante cedido por S.A.R. el Infante Don Carlos de Borbón Dos Sicilias y de Borbón.

Cogida de muerte de Pepe Hillo.
E. Lucas y Velázquez, s.XIX. Archivo RMCS.

Sigue una serie de pinturas de tema taurino del siglo XIX, como “Cogida de muerte de Pepe Hillo”, de Eugenio Lucas Velázquez (1817- 1870), y un sector dedicado al toreo en época de Belmonte y Joselito el Gallo, con obras en bronce de Mariano Benlliure y otros autores, así como diferentes carteles taurinos.

Termina el recorrido con los fondos más modernos, repertorio de variada naturaleza del imaginario taurino: trajes de toreros, capotes, carteles, cabezas de toros y pinturas de autores contemporáneos.

La visita se prolonga por el Patio de Caballos hasta un rincón de elevada espiritualidad, la Capilla de los Toreros, presidida por un retablo de la Virgen del Rosario, que goza de gran devoción entre los diestros y a la que han donado numerosos exvotos.

VISITA A LA PLAZA DE TOROS

Sala de Pintura

En 2008, SS.AA.RR los Príncipes de Asturias, inauguraron las nuevas Salas de Pinturas y Estampas de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

Para ilustrar lo que significa una visita a la Real Plaza de Toros de la Maestranza, pocos testimonios más elocuentes que las palabras del arquitecto Rafael Moneo, entresacadas del XXIX Pregón Taurino del que es autor, invitado por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

«La Maestranza es, sin duda, uno de los monumentos más bellos de la ciudad (…) uno de esos edificios exentos, capaces de encarar solos el paso del tiempo y que hacen que Sevilla sea lo que es. ¿Hay acaso solar más hermoso que el de la Maestranza?.

Vacada del Duque de Veragua. Ruiz de Valdivia, 1863. Sala de Pinturas.

Asomándose al río, la Maestranza ha visto correr las aguas del Guadalquivir sin sentir el paso del tiempo. Y si la Giralda hermana culturas, la Maestranza nos recuerda que siempre hay lugar para valientes, que no está escrito nuestro destino.

Que la Maestranza es y ha sido la plaza de toros por antonomasia, aquella que mejor representa lo que la Fiesta es capaz de dar, es algo que nadie pone en duda (…) siempre fue una obra de arquitectura con vida propia.

Sala de Estampas.

Hablar de la arquitectura de la Maestranza implica hablar de sus proporciones, de la relación que establecen con el ruedo el graderío y la arquería. Al entrar en el recinto de la Maestranza uno siempre queda sorprendido por la amplitud de su generoso ruedo, que es, con seguridad, el responsable de que nos sintamos inmediatamente transportados al campo abierto, si bien conscientes de estar en el corazón de una metrópoli como Sevilla (…) la Puerta del Príncipe es el inesperado paréntesis en la ciudad que, como decía, nos hace sentir de nuevo el aire de las dehesas donde se crían los toros, el campo abierto. ¿En cuántas otras plazas de toros ocurre esto? Me atrevería decir que en ninguna.

El diestrísimo estudiante de Falces,
embozado burla al toro con sus quiebros. Francisco de Goya, 1815. Archivo RMCS.

El ruedo se extiende en los tendidos haciendo que las bien pintadas tablas de la barrera que dan origen al callejón, den a ésta el aspecto de una cinta airosa. Cinta que limita el albero, estableciendo una nota de color muy difícil de encontrar en se a cualquier otra plaza. Albero de la Maestranza. No es poca cosa. Es el universo del torero, que como tal lo siente al ver que su condición convexa hace que en él se le haga presente aquello que el poeta llamó «la integridad del planeta» (…) El torero siente la redondez de la Tierra (…) Albero de la Maestranza que pisaron todos aquellos que quisieron ser toreros. Pepe Hillo y Pedro Romero, Paquiro y Cúchares, Frascuelo y Lagartijo, Joselito y Belmonte…»

El recorrido por los tendidos de la plaza se complementa con la visita a la Sala de Exposiciones, que se compone de dos sectores claramente diferenciados. El primer sector que se visita contiene una muestra de pinturas y una selección de los fondos de estampas taurinas que pertenecen a la colección de la Real Maestranza, una de las más importantes del mundo. Estas salas fueron inauguradas por SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias el 21 de Noviembre de 2008.

Sala de Exposiciones

La Sala de Pinturas reúne una colección de óleos de los siglos XVIII, XIX y XX que conforman una pinacoteca de tema taurino de gran relieve, principalmente del período romántico. Escenas en el campo y en la plaza, toreros y personajes relacionados con el

universo de los toros están plasmados en obras de Gutiérrez de la Vega, Eugenio Lucas, José Elbo, Joaquín y Valeriano Domínguez Bécquer, José Jiménez Aranda, Horace Vernet, John Philip o Nicolás Ruiz de Valdivia entre otros.

Los duques de Montpensier presidiendo una corrida en la plaza de Sevilla. E. Ginain, 1852. Archivo RMCS.

En la antesala se reúnen libros y objetos, apuntes de Mariano Benlliure, óleos de pintores como Roberto Domingo, Mariano Fortuny y Carmen Laffón. En la pared opuesta se dispone una vitrina con las estampas de la famosa serie “Arte de torear de Pepe Hillo” (1804). Encima, un retrato anónimo del siglo XVIII del legendario torero Joaquín Rodríguez “Costillares”.

La Sala de Estampas alberga un selecto repertorio de estampas, litografías y grabados. Prácticamente están representadas todas las series taurinas históricas de los siglos XVIII y XIX, incluyendo una de las primeras imágenes de una función de toros de la que se tiene noticia, “Corrida caballeresca”, de J. Stradan (1578). La muestra se abre con una serie completa, de Luis Fernández Noseret (c.1790) y continúa con muestras de la del pintor real Antonio Carnicero (1790), cuya influencia posterior alcanza hasta Goya. Se suceden a continuación estampas pertenecientes a series románticas firmadas por autores europeos como John H. Clark (1813), Victor Adam (c. 1834), Wilhem Gaïl (c. 1835), W. Lake Price (1852), Gustavo Doré (c. 1863) o de Pharamond Blanchard (1835)

En la sala contigua se exponen doce estampas de la “Tauromaquia” de Francisco de Goya, pertenecientes a la tercera edición de esta legendaria serie de aguafuertes, realizada en París en 1876.

El recorrido de la visita lleva al segundo sector, el más antiguo. Fue inaugurado el 5 de abril de 1989 por S.A.R. la Condesa de Barcelona. En él se establece una secuencia que arranca en los orígenes de la Real Maestranza, con un espacio dedicado a los juegos practicados por la nobleza en los siglos XVII y XVIII, y una amplia vitrina con una variada representación de servidores de la plaza en el siglo XVIII: timbaleros, desjarretadores y lanceros. Destaca un cartel en seda de 1740 y un uniforme de maestrante cedido por S.A.R. el Infante Don Carlos de Borbón Dos Sicilias y de Borbón.

Cogida de muerte de Pepe Hillo.
E. Lucas y Velázquez, s.XIX. Archivo RMCS.

Sigue una serie de pinturas de tema taurino del siglo XIX, como “Cogida de muerte de Pepe Hillo”, de Eugenio Lucas Velázquez (1817- 1870), y un sector dedicado al toreo en época de Belmonte y Joselito el Gallo, con obras en bronce de Mariano Benlliure y otros autores, así como diferentes carteles taurinos.

Termina el recorrido con los fondos más modernos, repertorio de variada naturaleza del imaginario taurino: trajes de toreros, capotes, carteles, cabezas de toros y pinturas de autores contemporáneos.

La visita se prolonga por el Patio de Caballos hasta un rincón de elevada espiritualidad, la Capilla de los Toreros, presidida por un retablo de la Virgen del Rosario, que goza de gran devoción entre los diestros y a la que han donado numerosos exvotos.